La llegada del Ricardo Caruso Lombardi trajo puntos y con ellos algo de tranquilidad a Sarandí |
Como al comienzo de toda temporada, el hincha de Arsenal
estaba ilusionado en el inicio de su decimotercera participación en la máxima
categoría del fútbol argentino.
Hay que reconocer que a fines del 2014 se fueron jugadores
relevantes: Aguirre, Aleman, Nervo y algún otro e inclusive la baja por lesión de Zelaya, fueron condimentos
irremontables para el ciclo Palermo al frente del novedoso torneo de 30
equipos.
Llegaron refuerzos sin demasiado renombre, pero que quizás
en otros tiempos, incorporaciones similares terminaban descollando con la
celeste y rojo, cuestión que esta vez no sucedió.
El equipo nunca encontró el rumbo y el cuerpo técnico jamás
pudo darle una vuelta de timón al naufragio. La cuerda se tensó y estiró en
demasía y era evidente que tarde o temprano se iba a cortar, y eso sucedió en
Junín tras la deprimente derrota ante Sarmiento.
Sin un mínimo destello de fútbol, pero fundamentalmente sin
una idea clara, carente de actitud y con las ganas devaluadas, el primer equipo
de nuestro Arsenal se deshacía frágilmente.
Acostumbrados a muy cercanos tiempo de glorias
ininterrumpidas, veíamos naufragar nuestros recuerdos más alegres y cercanos y disiparse rápidamente los
sueños de seguir peleando por objetivos importantes.
La dirigencia hizo su mea culpa. El horroroso partido ante
Independiente en Avellaneda (0-4) debió haber sido el principio del fin, o
mejor dicho, el fin mismo.
Se estiraron los tiempos, se ratificó la confianza (al menos
hacia el “afuera”), pero para “adentro” las cosas iban de mal en peor en lo
futbolístico y por “efecto dominó” en lo grupal.
Idolos con poco ruedo por decisión del cuerpo técnico , casos
de Limia y Esmerado, sin tener chances cuando casi todo el plantel había
jugado, después la posibilidad reclamada por todos para el arquero, pero
rápidamente la exclusión de ambos sin demasiadas explicaciones y motivos de los
últimos encuentros de la era Palermo….
Todo era confusión y el Titán decidió dar un paso al costado;
su bonhomía y honestidad contrastaron con el mal momento del equipo y quizás
con su propia inoperancia para sobrellevarlo, sin ayudantes de peso en donde
apoyarse y reclamar consejos de validez.
En medio de esto, se ganó un partido y de muy buena manera,
con un fútbol que Arsenal no repetía desde el
6 a 1 a Atlético Rafaela en el cierre del torneo 2014. Newell´s paseó
por Sarandí y recibió tres goles. Pero el delirio duró muy poco. Casi al
terminar el partido surgió un problema con la correcta o no habilitación de
Leandro Godoy y la cuestión quedó para resolver en los próximos días en manos
del Tribunal de Alzada previa apelación de Arsenal al fallo en contra del
Tribunal de Disciplina de la AFA.
Llegó el ciclo de “Fito” González, de buenos antecedentes en
la reserva, con intenciones de potenciar a algunos juveniles que el propio Palermo
dio vuelo en primera. Pero tampoco pudo; confió en los pibes, pero los vicios
del equipo del ciclo que recién finalizaba aparecían reiteradamente, con dos
detalles cruciales para la continuidad de “Fito”: la eliminación de la primera
ronda de la Copa Argentina ante el tibio Guaraní Antonio Franco de Misiones (de
la B Nacional) y la derrota en casa ante Quilmes con un gol sobre la hora de
Claudio Bieler de penal.
Y no se podía perder más tiempo. En años anteriores, el
nombre de Ricardo Caruso Lombardi siempre sonaba por Sarandí en las
postrimerías de algún fin de ciclo…
Y esta vez se dio. Llegó Caruso, habló largo y tendido con
el grupo, intensificó la faceta física y ensayó una y miles de variantes con
pelota detenida. Sacó del freezer a un par de jugadores y metió en el mismo
freezer a otros, privilegió la altura y el utilitarismo y de buenas a primera
logró sumar 5 puntos sobre 9 y estirar la magra cosecha de 3 puntos sobre 36 en
juego a 8 puntos sobre 45 disputados.
Buen comienzo como para encarar con todo la pretemporada, y
con algunas vacantes para reforzarse, y con el habitual “ingenio” de Caruso
para atraer jugadores no muy onerosos, el segundo semestre que incluirá también
la Copa Sudamericana, quizás nos encuentre con un equipo más amoldado, con
nuevos nombres en su formación y con la mística de Arsenal otra vez renaciendo, esa historia de lucha,
garra y corazón, que nos dignó desde 1957 hasta estos días.
Y deberemos prepararnos para extrañar al Dami Pérez que
buscará nuevos y ojalá muy exitosos horizontes, y quizás sea el turno también
de emigrar vía transferencia de Iván Marcone y Ramiro Carrera, pero sabiendo
que los que vienen de abajo y van teniendo sus primeros minutos de juego van a
dejar el alma por defender nuestra amada camiseta.
Bienvenido a Carulandia!!!
Diego De Mattei
@arsedeprimera
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