BOCA 2 - ARSENAL 0 / Decepción tras decepción

Otra derrota y se siguen acumulando. Esta quizás más previsible porque fue ante Boca en la Bombonera, pero no deja de quedar la decepción de cada fin de semana de ver la película con el mismo final: Arsenal derrotado y con el descenso en cada fecha que pasa como una realidad
inevitable. La noche fue victoria para el Xeneize 2 a 0 con goles de Guido Vadalá y el colombiano Edwin Cardona. 

¿Fue el peor partido del equipo que dirige Humberto Grondona? No, no lo fue. Jugó tramos de igual a igual, no muchas, pero generó algunas ocasiones de gol y logró pelearlo en la mitad de la cancha inquietando al local en su propia cancha al punto de que terminó escondiendo las pelotas ante el último de la tabla de posiciones.

Boca abrió el marcador promediando el primer tiempo con una buena aparición del juvenil Guido Vadalá que posicionado como centrodelantero logró conectar un centro para marcar el 1 a 0. Lo de Arsenal era criterioso, ordenado, defendiendo bien y buscando salir con velocidad para la contra esperando por los destellos de Lucas Wilchez en la conducción.

Vale decir que pese al gol de Boca, Arsenal siguió en el partido. No se desmoronó. Con las limitadas armas que tiene lo peleó. Como contraparte hoy volvió a mostrar la profunda anemia de gol, lo que le cuesta llega a la red rival. Un mal que lo ha acompañado todo el campeonato.

En uno de los mejores tramos, llegó la inocente (por no poner un adjetivo calificativo más ofensivo) de Germán Ferreyra en una jugada aislada en la mitad de la cancha donde le dejó como sello el dibujo de los botines al colombiano Fabra. Una plancha innecesaria, irresponsable, que terminó en roja directa para el jugador de Arsenal que tenía apenas 10 minutos en cancha.

En ese tramo final, Boca retomó el control y cuando tuvo la oportunidad sobre el final marcó el 2 a 0 para cerrar la noche. Tras una corajeada del uruguayo Nández, la pelota le quedó a Edwin Cardona que con una acertada definición marcó el 2 a 0.

Nos retiramos de la Bombonera con una decepción que se parece cada vez más a la resignación. Con la impresión de que lamentablemente, el rumbo a la B Nacional, con este presente, con este equipo sin respuestas de ningún tipo es un destino inevitable. El deseo profundo es que no sea así, pero la realidad nos viene cacheteando cada partido.